Caracas.- El 12 de abril de 1875 se descubrió el primer yacimiento de petróleo crudo en Venezuela, ubicado en La Hacienda La Alquitrana, cerca de la población de Rubio, estado Táchira.
Su propietario, Manuel Antonio Pulido, formó la primera compañía petrolera venezolana, que se dedicó a explotar industrialmente el preciado recurso.
La producción de La Alquitrana, aunque escasa, fue el primer paso para la industria petrolera venezolana.
Luego de eso lo demás es historia conocida, una historia que algunos la evalúan como un gran beneficio que impulsó el desarrollo, progreso y modernización de la Venezuela rural y agrícola.
Sin embargo, desde muchas otras ópticas el descubrimiento del petróleo marcó una suerte de maldición, de riqueza y pobreza en extremas desigualdades, y corrupción y rentismo dependiente del llamado oro negro.
¿La modernización de la industria petrolera venezolana permeará en todo el ámbito económico y del desarrollo productivo del país?
Para el Partido Demócrata Cristiano COPEI, la respuesta es un sí contundente que puede haberse realidad a través de la Agenda Venezuela Cambia por la Venezuela Posible.
El objetivo principal de esta agenda, como un meticuloso plan de gobierno y Proyecto de País, que nació en el seno copeyano es utilizar los excedentes de la venta de hidrocarburos y sus derivados para diversificar la economía.
El secretario nacional adjunto de Políticas Públicas de COPEI, Carlos Martínez Ceruzzi, y uno de los artífices del referido proyecto, expone que la Agenda Venezuela Cambia por la Venezuela Posible, en materia de inversión y desarrollo petrolero, se ajusta perfectamente a los artículos 302 y 303 de la Constitución Nacional.
En efecto, el artículo 302 de la Constitución reserva completamente la actividad petrolera al Estado, por considerarla de carácter estratégico.
“No obstante, el artículo 303 de la Constitución prevé expresamente la posibilidad de asociaciones estratégicas, grupo de empresas, consorcios y “joint ventures” (empresas conjuntas), en el negocio petrolero; apertura que se ve confirmada en los artículos 151 y 155 de la Carta Magna, que consagran la posibilidad del arreglo amigable o Arbitraje Comercial en los contratos internacionales”, explica el profesor universitario.
Un proyecto de país que eleve los niveles de producción nacional
Por otra parte, la Agenda Venezuela Cambia por la Venezuela Posible prevé la posibilidad de la participación de los sectores productivos privados, hasta por el 49 % de los paquetes accionarios, que, por supuesto, podrán cotizar en las Bolsas de Valores más importantes del mundo.
“Todo esto generará un caudal de dinero fresco que estará destinado a la reinversión en el desarrollo de negocios petroleros en contratos, tales como Repsol, ENI, Chevron y el regreso de la Exxon Mobil que será discutido directamente con ellos por una Alta Comisión Presidencial, así como a la inversión social urgente”, considera Martínez.